El oro, uno de los activos de refugio de valor insignia a nivel global, cayó por debajo de los u$s4.000 por onza y tocó el piso de los u$s3.972 en su punto más bajo durante la jornada del 27 de octubre.
Sin embargo, el metal precioso ganó impulso durante la jornada del 28 de octubre al superar nuevamente esa barrera de precio, tras una jornada de corrección que lo había llevado a mínimos de tres semanas.
El oro cae por debajo de los u$s4.000: qué pasa con el activo
La caída del activo durante el último lunes representó un retroceso del 3,4% respecto del cierre anterior y se atribuyó a factores como el optimismo comercial entre Estados Unidos y China, así como a la expectativa de un nuevo recorte de tasas por parte de la Reserva Federal (FED).
En este contexto, el metal precioso, considerado tradicionalmente como activo refugio, perdió terreno ante señales de distensión geopolítica y mayor apetito por riesgo.
La tendencia bajista se mantuvo durante la primera parte del martes, con el oro al contado cotizando a u$s3.974,66 y los futuros para diciembre en torno a los u$s3.989,10.
Sin embargo, hacia el cierre de la jornada, el metal logró recuperar impulso y volvió a ubicarse por encima del umbral psicológico de los u$s4.000, impulsado por compras técnicas y una renovada demanda institucional ante la persistente incertidumbre monetaria.
Según distintos analistas especializados, el retroceso de los metales preciosos responde en parte a una toma de ganancias tras el fuerte rally que llevó al oro a un máximo histórico de u$s4.398 semanas atrás.
La corrección fue vista por analistas como una pausa natural en un mercado sobrecomprado, aunque los fundamentos —como las compras de bancos centrales y la debilidad del dólar— siguen apuntalando el valor del lingote en el mediano plazo.
Los inversores siguen atentos a los anuncios de los principales bancos centrales esta semana, especialmente en torno a tasas de interés y perspectivas inflacionarias.