La inteligencia artificial generativa (GenAI) está transformando la productividad empresarial y reescribiendo las reglas del fraude en todos los ámbitos.
Los recibos falsos creados con IA generan pérdidas millonarias y obligan a las compañías a responder con la misma tecnología que las amenaza.
Con solo escribir unas pocas instrucciones en un chatbot, todas las personas pueden crear un recibo falso, imposibles de detectar a simple vista
La facilidad con la que se pueden generar estos documentos provocó un aumento sin precedentes en el fraude corporativo, lo que pone en jaque a los departamentos de finanzas.
Según los datos de AppZen, el fraude con recibos de gastos creció un 14% en el último tiempo, con pérdidas promedio que alcanzan los u$s133.000 en empresa en Estados Unidos.
A nivel global, las pérdidas por fraude ya sumaron u$s100 millones, y solo la fintech Ramp detectó más de u$s1 millón en recibos fraudulentos en apenas 90 días, gracias a su nuevo sistema de detección automatizada.
Aumentan la falsificación de gastos en grandes empresas
Antes falsificar un ticket requería de conocimientos de edición y fotografías. Ahora, los modelos de IA pueden crear un recibo con logos, montos y fechas creíbles, hasta con detalles minuciosos como arrugas en el papel o firmas imitadas.
"No confíen en sus ojos", advirtió Chris Juneau, vicepresidente de SAP Concur, en diálogo con el Financial Times, al referirse al auge de estos falsos comprobantes que engañan tanto a humanos como a sistemas automatizados.
Frente a esta ola de fraudes, las empresas comenzaron a usar la misma tecnología para defenderse.
Por ejemplo, las fintech y las áreas de auditoría pueden adoptar sistemas de análisis de contexto. Es decir, en lugar de centrarse en la imagen, la IA evalúa patrones de comportamiento como:
- Coincidencia de fechas
- Horarios de viaje
- Frecuencia de gastos
- Montos atípicos
De esta manera, además de mejorar la detección, permite identificar irregularidades dentro de las firmas corporativas.
Los especialistas recomendaron que las compañías utilicen estas herramientas como sistemas de alerta temprana, capaces de detectar no solo fraudes, sino también problemas culturales internos.