Se acerca fin de año y, con él, el momento en que los gastos empiezan a crecer. Entre compras, compromisos y consumos cotidianos, muchos argentinos intentan poner orden y controlar mejor sus finanzas personales, algo sumamente importante, más en un contexto de suba de la morosidad.

Revisar el resumen de la tarjeta de crédito es una forma efectiva de controlar los gastos y las deudas personales. Sin embargo, hacerlo con mucha frecuencia puede tener un significado psicológico particular.

Es que, para muchos argentinos, pocos clics generan tanto vértigo como el PDF del resumen, que los bancos suelen mandar por múltiples vías, desde notificaciones al celular hasta mails, para asegurarse de que lleguen y sean leídos; lo cual, de por sí, es bueno y hasta necesario.

Pero, según datos recientes, casi seis de cada diez usuarios abre ese archivo no una, sino hasta cuatro veces, y esto solo antes del vencimiento de la tarjeta. Una suerte de "doble check" incesante.

Revisar mil veces el resumen de la tarjeta: qué dice la psicología

Para la psicología, los factores que empujan a esta "necesidad" están estrechamente relacionados con asegurar que nada "se escape" del radar.

Llamado de otra forma, la "hipervigilancia financiera". Esto puede estar relacionado con experiencias previas negativas (de fraude, sobreendeudamiento o simples errores de facturación) que activan las alarmas y amplifican la búsqueda de posibles "amenazas" para la economía personal.

También puede influir el "sesgo de retrospectiva". Cuando aparece un cargo olvidado, el cerebro emite un "yo lo sabía", aunque no sea así.

Pero, al revisarlo de nuevo, se intenta reescribir el pasado para prevenir futuras sorpresas, aunque el monto sea inalterable.

También tiene un peso importante el miedo a la "deuda fantasma": pagos pequeños que, todos juntos, suman una deuda grande.

Este último punto es más que relevante, sobre todo en la era de las plataformas, donde una persona promedio puede tener hasta cinco o seis servicios vinculados: Spotify, Netflix, la nube del celular, ChatGPT, entre otros.

La 'opacidad' de los débitos automáticos refuerza el catastrofismo: "¿Y si mañana es impagable?", puede resonar en la cabeza de muchos.

En este contexto, algunas estrategias para cortar este loop sin perder el control sobre las finanzas y los gastos con plástico son:

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