En plena transformación digital, la profesión del piloto de drones dejó de ser un pasatiempo para convertirse en una profesión con una gran demanda.
Los distintos tipos de drones se consolidaron como una herramienta tecnológica clave en múltiples industrias, como el cine, la seguridad, la agricultura y muchas otras.
Actualmente, tanto en Argentina como a nivel global, cada vez más empresas buscan pilotos de drones certificados para realizar tareas que combinan:
- vuelo
- recopilación de datos
- Análisis visual
Varios factores explican por qué este rol se volvió tan solicitado en los últimos años, entre ellos:
- su versatilidad de uso
- la reducción de costos operativos
- la creciente necesidad de obtener datos aéreos.
A nivel local, diferentes instituciones educativas ya ofrecen cursos de formación y certificación oficial para pilotos de drones, una acreditación muy valorada por las nuevas empresas de los distintos sectores.
El trabajo cotidiano de un piloto puede variar según la industria en la que se desempeñe. Sin embargo, existen responsabilidades comunes que forman parte de esta profesión en expansión.
¿Cuáles son las responsabilidades de un piloto de drones?
En primer lugar, se encuentra la planificación de vuelo, donde el piloto debe decidir:
- que rutas utilizar
- cuales son las altitudes permitidas
- puntos de despegue y aterrizaje conveniente
En cuanto al control y la operación del dron, el piloto también debe monitorizar distintos parámetros, como:
- batería
- velocidad
- inclinación
- obstáculos
- estabilidad
El valor agregado de esta profesión, además de saber volar, radica en comprender el contexto y extraer información útil para el cliente, ya sea visual, geográfica o de monitoreo.
Hoy, los pilotos de drones pueden aspirar a trabajos técnicos, roles de consultoría, desarrollo de software asociado o incluso emprendimientos basados en servicios con drones.
Para ingresar en esta nueva profesión, es conveniente tener una hoja de ruta clara y atravesar distintas etapas fundamentales:
- Estudios teóricos y certificación: aprender principios de aerodinámica, normativa aérea, meteorología, telecomunicaciones y seguridad.
- Prácticas supervisadas para ganar horas de vuelo y destreza.
- Conocimientos técnicos de hardware y software.
- Especialización sectorial o por nicho.
- Cumplimiento de las leyes de aviación civil del país.
- Creación de un portafolio profesional
Con esta combinación, un piloto de drones puede pasar de ser un hobbyista a convertirse en un profesional con competencias sólidas, alta demanda, salario competitivo y proyección a futuro.