SuperIntelligence Labs, la ambiciosa división de Meta dedicada al desarrollo de inteligencia artificial (IA) avanzada, enfrenta una inesperada fuga de talento que pone en entredicho la viabilidad de su estrategia.

El laboratorio, creado por Mark Zuckerberg con el objetivo de posicionar a su empresa como líder en la carrera hacia la superinteligencia, perdió al menos ocho investigadores y directivos clave, muchos de ellos fichados recientemente con paquetes salariales millonarios y provenientes de firmas rivales como: 

Meta sufre la fuga de talento y ahora expertos en IA abandonan la firma

Entre las salidas más resonantes figuran Avi Verma y Ethan Knight, ambos exintegrantes de OpenAI que habían sido contratados por Meta en julio y que ahora decidieron regresar a su antigua compañía.

También se suma Rishabh Agarwal, especialista en IA generativa con trayectoria en Google Brain y DeepMind, quien anunció públicamente su renuncia a través de la red social X y alegó que "tras siete años y medio en el sector, sentía la necesidad de asumir un riesgo diferente".

A esta lista se agregan figuras internas como Bert Maher y Tony Liu, responsables de herramientas críticas como PyTorch y Triton, quienes optaron por nuevos proyectos en Anthropic y en iniciativas independientes de divulgación sobre IA.

La situación genera preocupación dentro de Meta, que había apostado fuerte por esta división, liderada por Alexandr Wang —ex CEO de Scale AI— y Nat Friedman, exdirector de GitHub.

Meta sufre la fuga de talento, a menos de dos meses de contratarlo para su laboratorio de IA

El plan incluía una reorganización interna que dividía el equipo en cuatro áreas: investigación, producto, infraestructura y modelos de lenguaje, con el objetivo de acelerar el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial general (AGI).

Sin embargo, fuentes cercanas a la compañía sostuvieron que la llegada de nuevos talentos con sueldos astronómicos produjo tensiones entre la plantilla histórica y provocó el descontento y amenazas de dimisión que finalmente se concretaron.

Desde Meta intentan minimizar el impacto, al detallar que "alguna rotación es normal en una organización de este tamaño". No obstante, la pérdida de figuras clave en tan corto plazo ha sido interpretada por analistas como una señal de debilidad estructural en la estrategia de Zuckerberg.

A pesar de haber ofrecido paquetes salariales que superan los u$s1.000 millones en varios años para atraer a investigadores de primer nivel, la compañía no logra retener ni consolidar el equipo que necesita para competir con gigantes como OpenAI y Google.

La fuga de cerebros también refleja un cambio de percepción en Silicon Valley. Según ejecutivos de empresas rivales, Meta dejó de ser una referencia en la captación de talento de alto nivel en IA.

 "Ya tenían a las mejores personas y las perdieron a manos de OpenAI", declaró un exempleado a Forbes, mientras otro comparó la estrategia de la firma con la de los Washington Commanders de la NFL: "Pagan cifras desorbitadas por científicos mediocres, y eso hace que la gente crea que son los mejores solo porque gastan mucho".

En medio de esta turbulencia, Meta continúa con asociaciones estratégicas, como la reciente colaboración con Midjourney para potenciar sus capacidades generativas en imagen y video

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