En medio de un escenario económico de mayor estabilidad nominal, las expectativas de los argentinos respecto a cuánto quieren ganar muestran cambios importantes. Al mismo tiempo, las empresas moderan los aumentos y se vuelven más selectivas en sus políticas de compensación.

Qué dicen los datos: pretensiones en alza

Según el Index del Mercado Laboral de Bumeran, el salario pretendido promedio en junio fue de $1.598.091 mensuales, con un incremento acumulado del 24,28% en el primer semestre de 2025.

Fuente: Bumeran

La suba quedó por encima de la inflación acumulada del período (15,1%), lo que refleja un intento de los trabajadores por recuperar poder adquisitivo.

Federico Barni, CEO de Bumeran.com.ar en Jobint subraya a iProUP que el crecimiento de los salarios pretendidos muestra una recuperación de las expectativas y una revalorización del trabajo, "aunque también puede interpretarse como la necesidad de cobrar más para afrontar gastos mayores".

El mayor salto se dio en enero, con un 7,3%, seguido por marzo (5,34%) y abril (4,53%).

Sin embargo, en los últimos tres meses los incrementos quedaron por debajo de la inflación mensual.

Los sueldos más altos y más bajos

Los datos de Bumeran muestran que los salarios pretendidos más elevados corresponden a posiciones de Control de Gestión para supervisores y jefes, con $4 millones; e Ingeniería en Petróleo y Petroquímica, con $3,5 millones en categorías senior y $2,4 millones en junior.

Fuente: Bumeran

En el otro extremo, los puestos con menores pretensiones fueron Camareros ($737.500 en junior y $850.000 en senior) y Telemarketing ($787.500 en supervisor/jefe y $1.050.000 en senior).

La brecha de género sigue siendo un tema pendiente: en junio alcanzó 8,63% a favor de los hombres, con un salario requerido promedio de $1.658.903 frente a $1.527.107 de las mujeres.

Fuente: Bumeran

Qué pasa en las empresas

El escenario empresarial muestra otro ángulo. Según el Reporte Salarial Julio 2025 de Randstad, los ajustes promedios realizados por las organizaciones en el primer semestre fueron del 34,4%, bastante por debajo del 49% que proyectaban a fines de 2024.

Para el tercer trimestre se espera un aumento del 7,6% y para el último, del 8,6%, lo que marca una tendencia de moderación de los incrementos salariales en línea con la desaceleración de la inflación.

"Las compañías están dejando de correr detrás de la inflación y empiezan a implementar políticas de compensación más estratégicas, donde el desempeño individual gana peso en las decisiones", señala Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.

De hecho, el 46% de las empresas ya define aumentos en base al rendimiento personal, cuando un año atrás esa cifra era del 34%.

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