El empresario Chen Zhi fue acusado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos por dirigir un imperio de fraudes con criptomonedas desde Camboya.
Según las autoridades, su red criminal habría robado cerca de u$s14.000 millones en bitcoins, cifra que se considera la mayor incautación de criptomonedas de la historia.
Chen Zhi es el fundador del Prince Group, un conglomerado con inversiones en banca, inmobiliarias, aerolíneas y casinos.
Mientras su empresa lo presenta como un "filántropo y empresario exitoso", la investigación estadounidense sostuvo que detrás de esa fachada operaba una red de ciberfraudes, lavado de dinero y explotación laboral.
El informe oficial describió a Prince Group como una organización criminal transnacional que se benefició de delitos como:
Según los fiscales, los empleados eran reclutados con promesas falsas y luego forzados a realizar estafas en línea desde complejos vigilados en Camboya.
Chen Zhi, nacido en la provincia china de Fujian, se mudó a Camboya en 2010, donde aprovechó el auge inmobiliario impulsado por inversiones chinas.
En pocos años, pasó de manejar una pequeña empresa tecnológica a ser uno de los hombres más ricos del país, con vínculos directos con altos funcionarios del gobierno camboyano.
Entre 2015 y 2020, expandió su imperio con Prince Bank, proyectos inmobiliarios millonarios y hasta aerolíneas propias. También obtuvo ciudadanías en Chipre y Vanuatu, lo que le permitió mover dinero y propiedades por distintas jurisdicciones.
Las autoridades de EE.UU. y Reino Unido sancionaron a 128 empresas y 17 personas vinculadas a Chen Zhi, algo que generó congelamiento de sus activos en varios países.
El Banco Central de Camboya debió emitir un comunicado para tranquilizar a los clientes del Prince Bank, mientras los gobiernos de Corea del Sur, Singapur y Tailandia iniciaron sus propias investigaciones.
Pese a la magnitud del escándalo, el gobierno camboyano evitó hacer declaraciones contundentes y pidió "prudencia" hasta que se confirmen las pruebas. Sin embargo, los vínculos entre Chen Zhi y la élite política del país dificultan todo intento de desvincularse del caso.
Desde el anuncio de las sanciones, no se conoce el paradero del empresario, que hasta hace poco era una figura influyente en el poder económico y político de Camboya.