Jeffrey Wilcke, uno de los cofundadores de Ethereum, volvió a captar la atención del ecosistema cripto luego de realizar una transferencia de 1.500 ETH, cifra que equivale a unos u$s6 millones, hacia el exchange Kraken.
El movimiento se produjo en medio de una marcada caída del precio de Ether, que en los últimos 30 días retrocedió cerca de 15%, pasando de los u$s4.000 a los u$s3.400 por unidad. La operación fue detectada por la plataforma de análisis on-chain Lookonchain.
Aunque trasladar activos a una exchange no implica necesariamente una venta, el contexto del mercado y los antecedentes del desarrollador alimentaron las especulaciones.
En agosto, Wilcke depositó más de u$s9 millones en ETH en Kraken, y anteriormente transfirió más de u$s260 millones en la misma criptomoneda, aunque en ese caso se trató de una redistribución hacia nuevas billeteras.
Wilcke, quien participó activamente en el desarrollo de Ethereum entre 2013 y 2018, fundó posteriormente Grid Games, un estudio de videojuegos donde actualmente se desempeña como CEO y director técnico.
A pesar de su bajo perfil público, sus movimientos financieros continúan siendo monitoreados por analistas y entusiastas del sector, por tratarse de una figura histórica para Ethereum y la magnitud de sus tenencias.
Señales cruzadas en Ethereum: mientras Wilcke se retira, las ballenas compras
Mientras Jeffrey Wilcke movía 1.500 ETH a Kraken, grandes inversores hacían lo contrario: compraban. En los últimos días, al menos 15 billeteras adquirieron más de 406.000 ETH (unos u$s1.600 millones) aprovechando la caída del precio.
Las compras se realizaron a través de exchanges como Kraken, Galaxy Digital, BitGo y FalconX, algo que podría indicar que las "ballenas" ven una oportunidad de recuperación en el mercado.
El movimiento de Wilcke genera dudas. Aunque no confirmó si planea vender, sus interacciones en redes sociales apuntan a una posible estrategia de salida gradual.
En un entorno tan volátil como el de las criptomonedas, los movimientos de figuras históricas pueden influir tanto en el ánimo de los inversores como en el precio de los activos.