El metaverso promete revolucionar la interacción humana al fusionar realidades físicas y digitales. Sin embargo, también abre la puerta a una serie de riesgos que amenazan la privacidad, la seguridad de los datos y hasta la salud psicológica de los usuarios.
Según un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de León y el centro TSK de Gijón, el metaverso multiplica los desafíos en materia de ciberseguridad al integrar tecnologías como realidad virtual (VR), realidad aumentada (AR), blockchain, inteligencia artificial (IA) e Internet de las Cosas (IoT).
Los expertos analizaron 735 trabajos académicos y seleccionaron 35 que permiten trazar un mapa de las principales amenazas en este ecosistema.
Entre ellas figuran el robo de identidad digital, la vigilancia masiva, la manipulación psicológica, el fraude en servicios digitales y la vulnerabilidad de contratos inteligentes. También destacan los riesgos sociales y físicos vinculados al uso intensivo de dispositivos conectados y a los entornos inmersivos.
El informe señala que las amenazas más comunes incluyen phishing, accesos no autorizados, fuga de datos, malware y ataques a la integridad de la información, así como el robo de criptomonedas en la economía virtual.
Para mitigar estos riesgos, los investigadores proponen un enfoque integral que combine tecnologías de cifrado, autenticación multifactor, diseño centrado en la privacidad y arquitecturas de confianza cero. Además, recomiendan impulsar la educación digital, la detección proactiva de amenazas y una colaboración activa entre usuarios, desarrolladores, empresas, reguladores y centros académicos.
El estudio, financiado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) de España en el marco del Plan de Recuperación de la Unión Europea, también alerta sobre el avance del capitalismo de vigilancia, en el que las compañías monetizan datos personales sin consentimiento informado.
Por eso, reclama una regulación internacional que evite "paraísos de datos" y proteja los derechos digitales en un entorno globalizado.
Los autores concluyen que el metaverso solo podrá desarrollarse de manera sostenible si se construye sobre una gobernanza ética, transparente e inclusiva, que permita aprovechar las oportunidades tecnológicas sin sacrificar la privacidad ni la seguridad de los usuarios.