En su más reciente edición de Finanzas & Desarrollo, la revista publicada por el Fondo Monetario Internacional, se abordó el creciente papel de las stablecoins como medio de pago internacional y las implicancias que esto conlleva para la estabilidad financiera.

El organismo destacó que estos activos, respaldados por divisas o bonos soberanos, ya lograron captar millones de usuarios, permitiendo transacciones transfronterizas rápidas y de bajo costo, con un potencial de expansión aún mayor en el corto plazo.

El análisis, basado en un estudio de Helene Rey, profesora de la London Business School, advierte que "nuevas normas en Estados Unidos" podrían acelerar la adopción global de stablecoins y profundizar su impacto sobre el sistema monetario internacional.

Los riesgos de un sistema sin fronteras

Helene Rey subrayó que las stablecoins abren un margen de innovación sin precedentes, pero que resulta imprescindible diseñar regulaciones que equilibren riesgos y beneficios, con el objetivo de proteger a consumidores, inversores y garantizar la estabilidad financiera.

Según la autora, estos activos digitales no solo mejoran la eficiencia de pagos, sino que también introducen funcionalidades inéditas como la programabilidad, además de facilitar flujos de capital a través de fronteras y diversas clases de activos.

Sin embargo, tanto Rey como el FMI advierten que la proliferación de emisores privados de dinero puede fragmentar y desestabilizar el sistema financiero global, evocando escenarios históricos de inestabilidad monetaria y competencia por señoreaje.

La adopción masiva de stablecoins podría afectar directamente la recaudación fiscal de los gobiernos, al modificar los equilibrios monetarios y erosionar los ingresos tradicionales que dependen de los sistemas financieros soberanos.

"En un mundo donde las stablecoins, en particular las vinculadas al dólar, se conviertan en una herramienta global de pago relevante, debemos prepararnos para consecuencias sustanciales", expresó Rey en el estudio publicado por el FMI.

Gita Bhatt, editora jefa de la revista, destacó la contribución de Rey al resaltar que la integridad de los datos y la regulación oportuna serán claves para enfrentar los desafíos derivados de la digitalización financiera.

Finalmente, Rey concluyó que el avance tecnológico transforma no solo los flujos de capital, sino también la dominancia monetaria internacional, con riesgos latentes de concentración, fragmentación y pérdida de soberanía financiera por parte de varios Estados.

Criptografía, dólar fuerte y riesgos para la política monetaria

"El desarrollo de la criptografía poscuántica, capaz de resistir tanto a computadoras clásicas como cuánticas, avanza, pero la incertidumbre persiste ante la carrera tecnológica", señala un pasaje del informe del Fondo Monetario Internacional.

El documento advierte que las redes monetarias más vulnerables a ciberataques podrían sufrir crisis de confianza, fugas masivas de capital y un "privilegio de integridad" para las monedas mejor protegidas, al reducir sus costos de financiamiento.

De hecho, la adopción global de stablecoins vinculadas al dólar ya supera la tenencia de Bonos del Tesoro estadounidense de países como Arabia Saudita, consolidando a Estados Unidos como "banquero mundial" y reforzando el privilegio del dólar.

Rey explica que este fenómeno facilita la privatización del señoreaje y la concentración de riqueza en manos de unas pocas empresas, lo que puede debilitar a los sistemas bancarios tradicionales por la competencia directa por depósitos.

Además, este desplazamiento altera los canales de transmisión de la política monetaria, dificultando la estabilización macroeconómica y restando capacidad de maniobra a los gobiernos ante escenarios de crisis financieras globales.

Tokenización, DeFi y un futuro monetario multipolar

El estudio enfatiza que la tokenización de activos, sumada a la integración de monedas digitales de bancos centrales (CBDC), podría permitir transferencias internacionales más rápidas y seguras, así como reducir costos mediante plataformas descentralizadas.

El auge de monedas privadas y sistemas tokenizados, sin embargo, generaría desplazamientos de carteras entre divisas, aumentando la competencia y forzando ajustes drásticos en los balances internacionales y en la estabilidad de los mercados.

"La posibilidad de controles de capital programables y restricciones específicas sobre billeteras digitales anticipa un sistema monetario internacional más multipolar y potencialmente frágil", advierte Rey en el documento difundido por el FMI.

La académica recuerda que la historia demuestra que monedas privadas sin respaldo soberano suelen caer en la inestabilidad, al carecer de mecanismos sólidos para recaudar impuestos y garantizar el cumplimiento de contratos en momentos críticos.

En materia fiscal, las stablecoins representan un desafío para jurisdicciones más débiles, ya que facilitan evasión tributaria, lavado de dinero y elusión de sanciones debido a la opacidad en los flujos de capital digitalizados.

El reporte también alerta que la recopilación de datos sobre criptoactivos aún se encuentra en fases iniciales, lo que dificulta la supervisión, limita las respuestas regulatorias y reduce la capacidad de los Estados para reaccionar con eficacia.

De este modo, el FMI concluye que el auge de stablecoins y monedas digitales ofrece una oportunidad única de innovación, pero que también amenaza con crear un sistema más fragmentado y vulnerable si no existe una regulación adecuada.

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