Telegram, la aplicación de mensajería privada que compite con WhatsApp, se volvió un canal muy elegido para la circulación de estafas.
Luego de que la plataforma superase los 1.000 millones de usuarios activos en marzo de 2025, está se volvió un terreno fértil para los delincuentes digitales que aprovechan la velocidad y el anonimato que ofrece la plataforma.
Los timadores suelen infiltrarse en grupos y canales de criptomonedas, apuestas, empleo freelance o compraventa, donde observan la actividad y eligen a sus víctimas.
Con un saludo inocente, establecen contacto privado haciéndose pasar por "mentores", "soporte técnico" o incluso intereses románticos, y construyen confianza con perfiles falsos, testimonios manipulados y presiones emocionales que empujan al usuario a revelar datos o transferir dinero.
Uno de los fraudes más extendidos es la inversión en criptomonedas: los estafadores promocionan bots o grupos VIP que prometen ganancias extraordinarias, permiten retiros pequeños para generar confianza y luego exigen pagos adicionales o bloquean las cuentas cuando el usuario intenta retirar montos mayores.
La suplantación de soporte técnico es otra modalidad frecuente, donde perfiles falsos simulan ser el equipo oficial de Telegram o de entidades bancarias y solicitan datos de acceso mediante sitios web clonados. Estos bots de phishing funcionan como un "servicio de phishing" que, al permanecer dentro de Telegram, evitan levantar sospechas y permiten acosar al usuario con enlaces maliciosos hasta que decide interactuar con ellos.
En tanto, los encuestadores fraudulentos ofrecen premios a cambio de datos de tarjeta o el pago de supuestas tasas, lo que desemboca en cargos ocultos o suscripciones no deseadas.
De manera similar, los falsos sorteos y airdrops prometen dispositivos electrónicos si el usuario paga comisiones o descarga aplicaciones, pero nunca entregan el premio.
Las ofertas de trabajo fáciles exigen adelantos para tareas que no existen, mientras que, en la compraventa entre particulares, los estafadores piden anticipos a través de enlaces "seguros" y luego desaparecen con el dinero.
El romance fraudulento y la sextorsión consisten en iniciar relaciones de apariencia sincera para obtener material sensible y luego chantajear a la víctima. Esta estafa se alimenta de la confianza generada en conversaciones prolongadas y del miedo a la difusión de imágenes íntimas o secretos personales.
Detectar una estafa en Telegram requiere prestar atención a señales como mensajes que generan urgencia extrema, promesas de beneficios desproporcionados, errores ortográficos o mezcla de idiomas.
Revisar cuidadosamente los enlaces y confirmar que el dominio corresponda a la entidad legítima es esencial, ya que la presencia de un candado en el navegador no garantiza seguridad cuando la página es un clon mal traducido y con navegación limitada.
Para protegerse, los expertos recomiendan una serie de acciones como:
Además, resaltan que es fundamental desconfiar de pagos en criptomonedas sin respaldo legal, evitar compartir datos sensibles con bots o usuarios no verificados y no realizar transferencias fuera de plataformas seguras.
En caso de ser víctima de un fraude, los afectados deben cortar inmediatamente el contacto, bloquear la cuenta o bot implicado y reportar el incidente al bot oficial @notoscam o mediante la opción de reportar perfil.