En un episodio que parece sacado de una comedia de enredos, un abogado estadounidense llamado Mark S. Zuckerberg presentó una demanda contra Meta, el gigante de redes sociales, por lo que considera una persecución digital basada únicamente en su nombre.
El litigante, especializado en bancarrotas y con más de tres décadas de trayectoria en Indianápolis, acusa a la empresa de haberle bloqueado reiteradamente sus cuentas personales y comerciales en Facebook, bajo la sospecha de que se hacía pasar por el fundador de la red social, Mark E. Zuckerberg.
Homónimo de Mark Zuckerberg demandó a Meta: la insólita situación que ocurrió en Facebook
La demanda, interpuesta ante el Tribunal Superior de Marion, sostiene que Meta incurrió en negligencia e incumplimiento de contrato al cerrar sus perfiles sin justificación válida, incluso después de que el abogado demostrara su identidad con documentos oficiales, tarjetas de crédito y hasta videos de verificación facial.
Según el texto judicial, las suspensiones se repitieron al menos nueve veces en los últimos ocho años, generando pérdidas económicas por más de u$s11.000 en publicidad no reembolsada y afectando gravemente su reputación profesional.
"Es como pagar por una valla publicitaria y que luego la cubran con una manta gigante", declaró el abogado Zuckerberg a medios locales.
En su sitio web personal, iammarkzuckerberg.com, detalla las consecuencias insólitas de compartir nombre con uno de los hombres más poderosos del mundo tecnológico: desde recibir paquetes dirigidos al CEO de Meta hasta enfrentar una demanda del estado de Washington por confusión de identidad.
"Recibo más de 100 solicitudes de amistad al día de gente que cree que soy el otro Zuckerberg", ironizó en otra oportunidad.
Meta, por su parte, reconoció que las suspensiones fueron producto de errores en sus sistemas automatizados de moderación y aseguró que está trabajando para evitar que se repitan.
"Agradecemos la paciencia del señor Zuckerberg en este asunto", expresó la compañía en un comunicado oficial, tras restablecer finalmente las cuentas del abogado.
Sin embargo, el demandante insiste en que el daño ya está hecho y exige una compensación económica, además de garantías para que su identidad no vuelva a ser cuestionada por algoritmos que confunden fama con suplantación.